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Las joyas producidas por la naturaleza pueden ser simples o elaboradas, efímeras o duraderas, pero siempre irradiarán belleza, porque otra cosa no surge de aquello que está sometido a las leyes que gobiernan la Creación.
De la misma forma, también irradiará belleza del ser humano en sus actos, palabras y pensamientos cuando él se adapte voluntariamente a esas mismas leyes (http://bit.ly/26O9iRZ).
