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La gratitud verdadera, profundamente intuida, se evidencia en la más plena alegría de vivir. Ya decía el profeta Isaías (765 – 681 a.C) que sería: “con alegría que sacaríamos agua de las fuentes de salvación” (Is12.3).
Dolores, tristezas e heridas, nosotros mismos creamos en nuestras pasadas por la Escuela de la Vida (http://on.fb.me/1h3zqTy). Esas cosas no hacen parte del currículum, ni nunca lo hicieron. No es necesario, absolutamente, que una persona necesite experimentar sufrimientos de cualquier especie para poder evolucionar.
Cuanto más alto una persona ascienda en sus caminos de evolución espiritual, tanto más incondicionalmente se someterá a las leyes que rigen la Creación, y tanto más grata se tornará también para con Aquel que las instituyó.
Actuando así, vendrán a su encuentro, de manera automática, en cantidad y frecuencia cada vez mayores, solamente alegría y felicidad, pues otras cosas esas leyes no previenen a los que pautan sabiamente sus vidas (http://on.fb.me/1MkBS4L).
Vivir en conformidad con las leyes de la Creación es la mayor sabiduría que un ser humano puede anhelar. Es la suprema arte de vivir.
(Conozca las obras literarias publicadas por la “Ordem do Graal na Terra”. Ingrese a: http://bit.ly/1XjNebF.)