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La herencia es únicamente de orden física, material, no espiritual. No existeherencia espiritual. En lo máximo, se pueden divisar trazos comunes de temperamento entre padres e hijos, pero no más que eso.
Trazos segundarios del temperamento pueden ser transmitidos porherencia, porque él está estrechamente ligado al cuerpo, más específicamente a la composición de la sangre, tal como evidenciado en los cuatro temperamentos básicos de la vida humana (http://bit.ly/24EUDXh). Sin embargo, incluso cuando se hereda una determinada característica temperamental, el respectivo ser humano tiene la posibilidad y hasta el deber de dominar sus humores, dado que el cuerpo es y deberá permanecer siempre apenas una simple herramienta para la actuación del espíritu.
Por esa razón, cuando una persona destartalada afirma, con aires de desaliento, no tener como evitar sus arrebatos, ya que heredó tal falta de tempero del padre o de la madre, está en verdad haciendo una confesión abierta de pereza espiritual. Muestra con eso ser demasiado débil para dominar a sí misma.
Del mismo modo, cuando alega rabiosamente, ante sí y otros, que ya “nació así” y que, por tanto, la culpa de su proceder es de sus padres, que lo procrearon con ese defecto de intemperancia. Nada más insensato puede ser dicho. Pues recibió de los padres apenas el cuerpo terreno, solamente el envoltorio exterior, permaneciendo un espíritu autónomo e independiente, plenamente responsable por todas sus decisiones y actos. El ser humano tiene la obligación de mantenerse por encima de sus temperamentos, de domarlos y utilizarlos en provecho propio y de su ambiente.
Por tanto, nadie tiene especial motivo para agradecer la propia cargagenética, ni tampoco algún derecho de lamentarla, por la manifestación de una característica de su personalidad, mucho menos razón para atribuirla al acaso, o, peor aún, al Creador.
Se hereda, sí, temperamentos en determinado grado, pero no lapersonalidad, no el carácter, no la índole, pues no existe ninguna herenciaespiritual de padre para hijo. Quien quiera conocer el origen de la formación de la personalidad tiene que ir más fondo en su busca, más encima y más allá del simple involucro material, llamado “cuerpo”, infelizmente tantas veces confundido con el verdadero “yo” del ser humano (http://bit.ly/2alePYJ).
El sentimiento del “yo” proviene exclusivamente del espíritu, es el propio espíritu, el único responsable por la formación de la personalidad y de todo lo que alcanza a la criatura humana, sean cosas buenas o malas, quiera que se efectúen ya aquí en la Tierra o solamente en los mundos del más allá.
(Conozca la literatura del Grial publicada por la Ordem do Graal na Terra.
Ingrese a: http://bit.ly/1XjNebF.)