Reading time: less than 1 minute
La verdad aguarda al ser humano, pero no corre atrás de él. No lo induce ni pide que se deje bañar en su Luz, para con eso poder alcanzar la bienaventuranza. Ella continúa brillando pura e impasible, siempre lista a auxiliar quien se esfuerce con sinceridad en reconocerla, pero indiferente a quien por ella no tiene ningún anhelo.
El Día Sin Mañana