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Nota Introductoria
En este ensayo, todos los trechos en destaque fueron extraídos de la obra En la Luz de la Verdad, el Mensaje del Grial de Abdruschin. Los trechos retirados del Mensaje no tienen la finalidad de ilustrar el texto, sino que pasa lo contrario: ellos fueron colectados y organizados con el fin de evidenciar que el presente ensayo se encuentra en conformidad con las enseñanzas contenidas en la obra de Abdruschin.
Siempre que la palabra “conferencia” es mencionada, el autor está refiriéndose al Mensaje del Grial. Al final de los trechos destacados aparece el respectivo título de la conferencia entre paréntesis.
Tiempos atrás, la BBC –emisora pública de radio y TV del Reino Unido– encomendó una investigación sobre la creencia en Dios en diez países representativos, cuya población sumada equivalía a un tercio de los habitantes del planeta. El resultado, en números absolutos, indicó que 92% de las personas creían en la existencia de un Creador o de un “poder superior”. Sin embargo, se puede afirmar, sin miedo de errar, que casi la totalidad de esos billones de personas nutren una falsa idea sobre cómo se da la interacción del Creador con Sus criaturas. Por regla general, ellos imaginan que, en Su infinita Omnipotencia, Él deba conocer los pensamientos de cada uno, así como sus más íntimos secretos y anhelos.
Es muy común, por cierto, escuchar de los fieles, principalmente de los fieles cristianos, frases como esta: “Dios tiene un plan para mí”, “Sé que Dios está cuidando de mí y de mi familia”, y otras semejantes. Esas suposiciones demuestran un desconocimiento total de cómo se da la actuación del Creador con relación a su obra. Él no se encuentra observando a cada uno de los minúsculos seres humanos para castigarlos o recompensarlos. No. Cuando Él hizo surgir la Creación, ya dejó impresa en ella Su voluntad en la forma de leyes auto actuantes. Y son esas leyes que elevan por fin la criatura humana hasta su Patria espiritual o la aniquilan, dependiendo de cómo aquella se coloca frente a ellas.
Esas mismas leyes también indican a la Fuente de toda la vida, por tanto, al Omnipotente Creador, eventuales disturbios del cuerpo de la inmensa obra de la Creación. En la conferencia “Fenómeno Universal”, podemos leer:
“La voluntad divina que traspasa la materia a través de las leyes fijas de la naturaleza, como que vías férreas, puede ser llamada de nervios de la obra de la Creación, que hacen sentir y anuncian al punto de partida, a la fuente primordial creadora, cualquier desigualdad en el poderoso cuerpo de la obra.”
Así como los nervios de nuestro cuerpo nos indican cuando hay algún problema en él, a través de un estímulo doloroso, las leyes de la Creación, como nervios de la obra de la Creación, indican al Creador cualquier disturbio en ella. De ese modo, se hizo patente a la Luz, ya desde muchos milenios, que los seres humanos terrenos estaban actuando en las materialidades de modo contrario a esas leyes universales.
Con su manera errada de actuar, las criaturas humanas provocaron una fea herida en la obra de la Creación, a la semejanza de una herida profunda en el cuerpo físico. Así como esta vierte sangre hacia afuera, la herida provocada por los seres humanos en el cuerpo de la obra de la Creación también sangra.
Esa “sangre”, sin embargo, es constituida por ellos mismos, por los espíritus humanos que no más pueden retornar a la patria espiritual y acaban siendo lanzados hacia afuera del cuerpo de la Creación. Eso acontece porque, haciendo mal uso del libre albedrio, las criaturas humanas se dejan engañar por los falsos principios de Lucifer insertados en la materia, en ellos permaneciendo a pesar de todos los esfuerzos de la Luz para que retomasen el camino correcto. Este trecho de la conferencia “El misterio de Lucifer” ilustra el fenómeno:
“Téngase presente que los espíritus humanos, en estado de inconscientes gérmenes o chispas espirituales, traspasaron los límites del plano más bajo de la sustancialidad espiritual, y afluyeron a la creación material con la esperanza de regresar a la esfera de lo sustancial-espiritual, después de haber despertado y desarrollado su consciencia individual en el curso de su peregrinación por la materialidad, al completarse su ciclo, tal como sucede con la circulación sanguínea en el cuerpo físico.
Sin embargo, el principio de Lucifer desvió una gran parte de esa corriente circular espiritual, por cuanto el necesario circuito no puede cerrarse, lo que surte los mismos efectos que el desangramiento continuo y debilitante por una herida abierta. Pero cuando la ‘Lanza Sagrada’, el poder divino, caiga en buenas manos, que obrarán de acuerdo con la Voluntad del Creador y, cual elemento vivificador, irán mostrando, a esos seres sustancialmente espirituales que recorren la materialidad, el verdadero camino, el que conduce hacia la cima, hacia su punto de origen, hacia el reino luminoso del Padre, cuando eso suceda, esos seres ya no estarán perdidos, sino que refluirán a su punto de partida como la sangre al corazón, cicatrizando la sangrante y debilitante herida infligida a la sustancialidad espiritual. Así, pues, la curación no podrá operarse más que por la misma lanza que causó la herida.”
La sustancialidad espiritual, o sea, nosotros mismos, deberíamos recorrer los planos materiales como un “factor vivificador”, tal como los glóbulos rojos, cargados de oxígeno, en la circulación de la sangre arterial.
Podemos cumplir esa nuestra atribución si seguimos las directrices indicadas por la voluntad del Creador. Esa voluntad está nítidamente impresa en las leyes de la Creación, las cuales están explicadas en detalles en el Mensaje del Grial de Abdruschin “En la Luz de la Verdad”.
Esas similitudes entre nuestro cuerpo y el cuerpo de la obra de la Creación no son coincidencias. Todo en la obra perfecta del Creador se desarrolla de una forma que ni siquiera podría ser diferente. Todo en a la materia, ahí incluidos nuestros cuerpos, son reproducciones en menor escala de lo que ya existía anteriormente en planos más elevados.
Así como el corazón bombea la sangre que nos conserva vivos, vivificando todas las partes de nuestro cuerpo, la Creación también tiene un corazón: el Grial. Desde allá parten de tiempos en tiempos, como latidas de un corazón, energías renovadas provenientes del amor de Dios, que conservan toda la obra, incluso en los rincones más alejados, como sucede en los mundos materiales.
Podemos reingresar en el “flujo sanguíneo” espiritual de la Creación, de vuelta a la Patria espiritual, por tanto, más próximos del corazón de la Creación, si seguimos el camino correcto apuntado por la “lanza sagrada”, el poder divino que pasó para la “mano correcta”, después del atamiento de Lucifer.
Visto desde arriba, las semillas espirituales humanas recorren caminos más rectos y directos de vuelta al reino espiritual, o más largos y desplazados, como arcos de parábolas, dependiendo de sus elecciones. Cuanto más un espíritu en desarrollo busca comprender de manera correcta la voluntad de su Creador, esforzándose en vivirla y cumplirla en todas las situaciones de la vida, tanto más próximo su camino de retorno estará de un eje recto ascendiente, previsto para quien mantiene el libre albedrio espiritual libertado, el cual escogerá siempre el camino más corto y más rápido para el alto.
En contrapartida, cuantos más errores y fallas el espíritu humano en evolución cometa por el desvío voluntario con relación a las leyes establecidas por el Creador, que traducen Su voluntad, tanto más demorado será el proceso de retorno al Paraíso (porque demandará muchas más reencarnaciones que las diez inicialmente previstas), y tanto más alejado de aquel eje directamente direccionado hacia arriba será también la trayectoria por el recorrido.
Y si ese espíritu se aleja demás de la voluntad de su Creador, sin importarse en conocerla, actuando en sentido contrario a las leyes que Él insertó en la Creación, no obstante los graves efectos retroactivos oriundos de su karma personal, entonces su pretendido camino de vuelta podrá alejarse tanto del eje rectilíneo preconizado por esas mismas leyes, que él acabará perdiéndose para siempre, sin poder retornar, ingresando entonces en el flujo de sangre continuamente derramado de la herida espiritual en la Creación. Entonces se hundirá para mundos lúgubres, como resultado de la ley de gravedad espiritual, y nunca más podrá regresar como espíritu autoconsciente a la Patria espiritual. De ese modo, no le será permitido completar el curso de desarrollo previsto para él, por culpa de él mismo.
“Como quiera que, según las leyes impuestas por la Voluntad del Padre en la creación, un ciclo no puede ser considerado como consumado y cerrado más que cuando el fin y el principio lleguen a juntarse, El proceso evolutivo de un espíritu humano tampoco quedará completado en tanto que no regrese a la espiritualidad de donde partió en calidad de germen.
Si se deja llevar hacia las Tinieblas, correrá el riesgo de ser arrastrado hacia los abismos, hasta la órbita más externa de su ciclo normal, no pudiendo, jamás, volver a encontrar el camino de la ascensión.”
(El misterio de Lucifer)
La falla de los espíritus humanos perdidos en los mundos materiales se hizo perceptible en alturas inimaginables, mostrándose visiblemente en uno de los animales alados que montan guardia junto al trono de Dios: el Carnero, conforme descrito en este trecho de la conferencia “Las esferas espíritu originarias V”:
“Eso también se relaciona con la expresión: ‘Cordero de Dios’ y con la herida que éste tiene. Pues esa herida se manifiesta naturalmente en él, como testimonio del fracaso y de la decadencia de los espíritus humanos de la Creación, ya que han procedido de él, no directamente, pero sí indirectamente.”
Siguiendo las directrices contenidas en el Mensaje del Grial, el espíritu humano no apenas se aleja del riesgo de ser lanzado hacia afuera de la Creación por la herida abierta, como también contribuye, él mismo, para ayudar a cerrar esa herida espiritual.
Pero; ¿Cómo se da eso?
Cuando observamos una persona querida y emitimos buenos pensamientos en relación a ella, deseando que todo le sonría, que todo salga bien para ella, o algo semejante, esos pensamientos se moldean en formas etéreo materiales y se dirigen a la persona destinataria. Sabemos de eso por el estudio del Mensaje del Grial.
Si el alma de esa persona contiene una pureza correspondiente a los pensamientos emitidos, entonces ellos adherirán a esa alma y la “adornarán” por decirlo así, ayudándola a conservar la pureza correspondiente. Con ese auxilio, y otros semejantes, esa persona tendrá mucho más facilidad de entregarse siempre a buenos pensamientos, y también estará mucho más protegida contra la embestida de pensamientos de baja especie. Esos auxilios la ayudarán a mantener puras sus intuiciones. Su propia pureza interior permitió el anclaje de ese fortalecimiento, advenido de la emisión de nuestros buenos pensamientos. Podemos de esa forma influenciar positivamente una persona, de modo consciente, dirigiendo a ella buenos pensamientos aguzados, oriundos de nuestra voluntad sincera de ayudar, de proteger, en suma, de combatir por el bien. El parágrafo siguiente se encuentra en la conferencia: “¡Despertad!”:
“Resulta, pues, que, hallándoos en el mundo de los pensamientos, dais cabida a formas mentales similares a vuestro modo de pensar. Es por eso por lo que no debéis malgastar las fuerzas del pensar, sino concentrarlas para la defensa y para lograr una mayor agudeza en el pensamiento, de manera que éste, semejante a una lanza, sea impulsado para actuar sobre todas las cosas. ¡Forjad así a partir de vuestros pensamientos la Lanza Sagrada que lucha por el bien, que cura heridas y hace que progrese la Creación entera!”
¡Pensamientos aguzados como lanzas… que constituyen la Lanza Sagrada que combate por el bien!
Con la pureza de nuestro pensar podemos crear aquí en la materia, conscientemente, un sucedáneo de la genuina Lanza Sagrada que personifica el puro y severo amor, oriundo del legítimo principio del Grial, que veremos a seguir. Podemos, si queremos con sinceridad, hacernos combatientes en pro de la Luz aquí en la Tierra. ¡Combatientes conscientes!
Es evidente que pensamientos de esa naturaleza, auténticos, ya deben tener como base, necesariamente, una fuerte voluntad espiritual direccionada en el sentido del bien. Son esos pensamientos, por tanto, los que salen como “lanzas”, actuando, sobre todo, por haberse originado de una pura y fuerte voluntad espiritual, tal como aclarado en el extracto que sigue de la conferencia “El Silencio”:
“Si concibes un pensamiento verdadero y lo retienes, su fuerza concentrada acabará llevándolo infaliblemente a la realización; pues el devenir de todas las cosas se desarrolla por entero de manera espiritual, debido a que toda fuerza es únicamente espiritual.”
Podemos crear aquí en la Tierra, con nuestros pensamientos, la lanza sagrada que combate por el bien y que “cicatriza heridas”. El Hijo del Hombre, sin embargo, tomó de vuelta de las manos de Lucifer la legítima lanza sagrada del poder divino, que igualmente sirve para “cicatrizar la herida” abierta por su utilización errada: la inmensa herida espiritual que impide que las criaturas de espíritu puedan retornar al Paraíso por los caminos a ellas prescritos en la Creación. Como ya fue dicho, la herida espiritual “sangra’ de hecho, haciendo con que los espíritus humanos no puedan desarrollarse adecuadamente y tengan que volver para el ámbito terreno, en la forma de repetidas reencarnaciones y, por fin, expulsados de la Creación. En la misma conferencia “El misterio de Lucifer”, Abdruschin da el siguiente aclaramiento sobre la lanza sagrada:
“El origen de Lucifer exige que sólo pueda aproximarse a él y afrontarle personalmente aquel que posea un origen igual o superior al suyo; pues sólo ese tal puede llegar hasta él. Ha de ser un enviado de Dios armado de la gravedad sagrada de su misión y confiando en la fuente de toda fuerza, en el mismo Dios Padre.
Ese cometido está reservado al anunciado Hijo del Hombre.
(…)
La ‘Lanza Sagrada’, el poder, ha sido mal empleado por Lucifer, y con ello, valiéndose de su principio, ha infligido una dolorosa herida a la humanidad sustancial-espiritual. En esa lucha le será arrebatada la lanza. Entonces, puesta en “buenas manos”, es decir, puesta al servicio del auténtico principio del Grial basado en el amor puro y severo, cerrará la llaga que había causado anteriormente cuando se hallaba en malas manos, cuando se hizo de ella un mal uso.”
Con nuestra “lanza sagrada”, que podemos crear aquí en la Tierra con la pureza de nuestros pensamientos participamos de diminutos fragmentos, de pequeñas reverberaciones de esa gran lucha entre Parsifal y Lucifer, que ocurrió hace mucho tiempo. ¡Participamos del lado correcto! En esa misma conferencia, podemos leer:
“Los combates que tengan lugar adicionalmente en el seno de la materialidad etérea y del mundo físico serán meros efectos secundarios de esa gran lucha única que habrá de conducir al encadenamiento de Lucifer, ya prometido, y que será el anuncio del comienzo del reinado de los mil años. Ello supondrá la exterminación de las consecuencias del principio de Lucifer.”
Esa “lanza sagrada” que combate por el bien aquí en la materia, formada por nuestros pensamientos, oriundos de un permanente querer puro, no apenas ayuda a destruir el mal, pero también fortalece y ennoblece lo que es bueno. Volviendo a la imagen de los buenos pensamientos que son naturalmente dirigidos para la persona querida, podemos leer lo siguiente en la conferencia “Formas mentales”:
“Si tales formas mentales son de pura y noble naturaleza, contribuirán a enaltecer a la persona para la que estaban destinadas, reforzarán el medio puro que la rodea protectoramente y podrán elevarla más y confortarla para la ascensión, si esa persona posee sentimientos interiores de naturaleza similar.”
Esa es una actuación desconocida de la mayoría de las personas, pero de efectos incisivos para los envueltos. Ciertamente muchos ya actuaron inconscientemente de esa forma, emitiendo buenos pensamientos a alguien, cargados de deseos sinceros de ayudar, de cuidar o de proteger. Si la persona destinataria tenía un suelo adecuado para recibir esos pensamientos de auxilio, entonces, como ya fue dicho, ellos realmente la ayudaron fortaleciendo su voluntad pura, y también trayendo bendiciones al autor, como resultado de la ley de la reciprocidad.
El saber que podemos actuar conscientemente de esa manera benéfica es algo muy bello y gratificante, desde que naturalmente se desee desinteresadamente apenas el bien de la persona destinataria, sin quedarse esperando una retribución cualquiera por causa de eso. La recompensa vendrá de cualquier forma si el emisor de buenos pensamientos haya sido sincero, pero él no debe actuar así pensando en ser recompensado, ni tampoco emitir buenos pensamientos forzados.
Debe apenas direccionar su permanente voluntad pura bajo la forma de pensamientos aguzados, que salgan de él como lanzas del bien, actuando no solamente en pro de la persona destinataria, pero también de su ambiente. En fin, sobre todas las cosas.
Roberto C. P. Junior
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Serie Ensayos Basados en el Mensaje del Grial
1) Parsifal y las Leyendas del Grial
– texto: https://bit.ly/EDSM-PARSIFAL
2) La Lanza Sagrada
– texto: https://bit.ly/EDSM-LANZA
3) El Sentimiento del “Yo”
– texto: https://bit.ly/EDSM-SENTIMIENTO
4) Intelecto, Intuición y Pureza de los Pensamientos
– texto: https://bit.ly/EDSM-INTUICION
5) La Eclosión
– texto: https://bit.ly/EDSM-ECLOSION
6) La Concientización del Espíritu Humano
– texto: https://bit.ly/EDSM-CONCIENTIZACION
7) Tópicos de Vida
– texto: https://bit.ly/EDSM-TOPICOS
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