Reading time: 5 minutes
Hoy todo es efecto retroactivo, todo es resultado del karma, nada ocurre sin una razón muy bien definida. Las personas en posiciones de gobierno o de liderazgo, de acuerdo con su especie e incluso sin saberlo, traen de vuelta el retorno de la reciprocidad para una nación, un pueblo, y, hasta para toda la humanidad. Ellas no ocupan esas posiciones por acaso. Provocan los acontecimientos adecuados, que deben realizarse de acuerdo con la Ley de la Reciprocidad.
Cuando ya no cumplen más su finalidad, son alejadas de las posiciones importantes. Delante de eso nada vale el poder humano, el querer humano, los tantos acuerdos, iniciativas, contratos y arreglines. Ninguna acción de ese tipo subsiste, todo se convierte en polvo.
Por eso, es también un gran error cuando alguien alimenta rebeldía dentro de sí contra ciertos actos y actitudes de un dirigente, pues esa misma Ley de Reciprocidad le traerá igualmente de vuelta –a él, el generador– todo lo que él mismo produjo con sus sentimientos, pensamientos, palabras y actos. La Ley no hace ninguna diferenciación sobre sus motivaciones, ninguna distinción. Es todo muy sencillo. La Justicia Divina prescinde de la “cooperación” de la mano humana en ese proceso, e idénticamente de la visión corta de las criaturas humanas sobre el entrelazamiento de los hilos de retorno de karma colectivo.
Cada persona es la única responsable por sus actos, incluso aquellas que son conducidas a posiciones destacadas en razón de su índole. Nadie necesita preocuparse especialmente con eso, pues la actuación de las leyes universales es automática e infalible. Inexorable para todos. Cada uno debe preocuparse con sus propios actos y pensamientos, solamente eso.
Sí, se entiende perfectamente cuando una persona de carácter íntegro se ve perpleja, pasmada, y hasta incluso indignada con relación a determinadas actitudes inconcebibles de líderes. Sin embargo, no debe nunca permitir que eso se transmute en una repugnancia descontrolada dentro de sí, de lo contrario se tornará un foco a más generador de pensamientos y sentimientos de odio, contribuyendo para aumentar el caos en el mundo. Y el retorno de esa actuación nefasta también lo alcanzará, ciertamente.
Algunos trechos del Mensaje del Grial de Abdruschin nos ayudan a comprender la razón de que haya personas de características tan negativas en posiciones de influencia y liderazgo en nuestra época de rendición de cuentas:
- Sobre la influencia ejercida por personas que hablan demasiado:
“La madurez de la cosecha trae consigo, como consecuencia natural y, a su vez, como prueba de la severa lógica existente en todos los acontecimientos que tienen lugar dentro de las Leyes divinas, que los mayores charlatanes sean también hoy, al final, los que más gozan de influencia y de poder. Es éste el apogeo y el fruto del constante mal empleo de la palabra, cuyos misteriosos efectos ya no pueden ser reconocidos por la insensata humanidad, ya que, desde hace mucho tiempo, mantiene cerradas sus puertas a aquel saber”.
- Sobre cargos ocupados por individuos despreciables:
“Ahora bien, si los seres humanos se entregasen al verdadero amor, tal como Dios quiere, esa sola circunstancia constituiría la palanca que cambiaría mucho entre ellos; más aún: cambiaría todo. Entonces, nadie cuyo íntimo ser fuera digno de desprecio podría subsistir, ni, mucho menos, tener éxito en la Tierra. Tendría lugar inmediatamente una depuración grandiosa.
Los hombres despreciables en lo íntimo de su ser no gozarían de honores terrenales, ni tampoco ocuparían cargos oficiales, pues el saber intelectual no da derecho, por sí solo, al ejercicio de funciones públicas”.
- Sobre el dominio ejercido por los maestros de nuestros pecados:
“La potencia del efecto recíproco eleva actualmente a los maestros de vuestros propios pecados hasta una altura tal, que corréis el riesgo de ser aplastados por ellos, de tal forma que, al tomar conciencia de todo esto, o lográis liberaros, o perecéis a costa de ellos”.
Esos agentes de la reciprocidad traen de regreso la cosecha del karma colectivo correspondiente, en la forma exacta que el conjunto de los alcanzados sembró antaño para si con sus actos, pensamientos e intuiciones.
La mejor, sino la única manera de hacer frente a eso, es cambiar integralmente nuestra sintonía interior, de modo que nuestra voluntad y los pensamientos resultantes sean siempre puros. Solo así cada cual puede forjar para sí un futuro más asoleado, incluso si muchos a su alrededor continúan insistiendo en producir filamentos horribles por su modo de ser, con los cuales el telar de la Creación tendrá que tejerles una pavorosa alfombra del destino.
Así es. Así se despliega parte del actual proceso del Juicio Final, en su última fase. Sin embargo, incluso con este conocimiento, con este reconocimiento de la actuación implacable de la Ley de la Reciprocidad y la plena certeza de que nuevas ondas pesadísimas se abatirán sobre la humanidad, superponiéndose continuamente, porque la raza humana forzó eso con su querer malévolo milenario, aun así es comprensible el sentimiento de consuelo que invade a algunas personas buenas, el suspiro de alivio que ellas dan, el aliento temporario que buscan tomar cuando una de esas ondas globales especialmente tenebrosa cesa, por fin, sus actividades.
Roberto C. P. Junior (instagram.com/robpucci/)
- Verifique las publicaciones con sonido de esta página en nuestro canal de Youtube: https://bit.ly/YT-EDSM.
- Conozca las obras literarias publicadas por la Ordem do Graal na Terra. Ingrese a: bit.ly/libros-OGT.