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La imagen fue obtenida por el telescopio japonés Subaru. Ese tipo de fotografía es llamada de “imagen de campo profundo”. El telescopio queda apuntado para una pequeña región del cielo (realmente bien pequeña) durante varias noches, lo que permite registrar puntos de luz muy tenues.
Los incontables puntos luminosos de la foto, algunos minúsculos, no son estrellas. Son galaxias. Cada una de ellas con sus decenas y decenas de billones de estrellas. Algunas estimativas sugieren que existe diez veces más estrellas en nuestro Universo de que granos de arena en la Tierra.
Decimos “nuestro Universo”, más ni de lejos podemos imaginar su real extensión. Es “nuestro Universo” porque estamos en él, pero existen otros seis, todos perteneciendo al menor y más lejano peldaño de la obra de la Creación: el plano de la materia física, que podemos distinguir en parte con nuestros sentidos y aparatos técnicos.
“En la casa de mi Padre hay muchas moradas”, ya decía el Hijo de Dios. La morada de la materia física es la menor de ellas, la que se encuentra más distante del Donador de toda la vida.
Es bueno que tengamos una idea, aunque pálida, del real papel que desempeñamos en el gigantesco engranaje de la Creación, pues sin humildad legitima (http://on.fb.me/1h8NmeT) nadie consigue ascender. Y mucho menos alcanzar, un día, la morada del plano espiritual, que es nuestra verdadera patria.
(Conozca las obras literarias publicadas por la “Ordem do Graal na Terra”.
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