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Pensamientos con fuerza anímica, o sea, asociados a sentimientos vivos, sea de la especie que sean, no se quedan restrictos al ámbito del autor, pero si, ejercen influencia donde encuentren un suelo de igual especie, dado por personas con las mismas virtudes o propensiones del alma. Por eso, pensamientos profundizados deben estar direccionados únicamente en el sentido del bien.
