less than 1 minute El raciocinio cultivado en exceso es como una gruesa muralla, edificada en el camino de la evolución espiritual. Una muralla levantada por la indolencia del espíritu, que no fue capaz de hacer frente al dominio irrestricto y siempre creciente del intelecto. De ese modo, el individuo que ahora pretende moverse espiritualmente, en obediencia a la Ley de la Creación, necesita él mismo derribar primeramente la muralla del raciocinio súper cultivado, para poder oír nuevamente la voz de su espíritu – la intuición – y seguir la dirección indicada por ella. Continue→