RECIPROCIDAD Y EXPIACIÓN

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El concepto de que todo aquello que insertamos en el mundo, sea por medio de intuiciones, pensamientos, palabras o acciones, siempre vuelve a nosotros mismos, los generadores, es muy bien conocido por los espiritualistas e incluso de aquellos que tienen apenas una noción del funcionamiento de las leyes universales. De esa manera, nada más simple y natural de que nos esforcemos siempre en generar cosas buenas, para que solamente nos pueda alcanzar lo que es bueno.

Todo eso es correcto. Pero… ¿Y lo que quedó para tras? ¿Cómo se da el mecanismo de retorno de cosas no muy buenas que hicimos en el pasado, y que posiblemente aún no volvieron a nosotros? ¿Y aquello que no recordamos más, o que hasta practicamos en otra vida? ¿No es, entonces, el caso de quedarnos preocupados, angustiados, temerosos?

No, de ningún modo. Esos sentimientos son negativos, y estamos justamente cuidando de generar solo cosas buenas. Entonces… ¡Nada de angustias!

Es correcto que no podemos apagar nada de lo que hicimos, pero es posible atenuar los efectos de un karma malo por la fuerza de buena voluntad, en un proceso denominado “simbolismo” (https://bit.ly/2X0t9ik) . Abdruschin aborda ese aspecto tan importante en varios pasajes de su Mensaje del Grial (https://mensaje-del-grial.org/), como en este trecho, en una de las primeras disertaciones de su obra:

“¡Cuántos no desesperarían al despertar a la vida espiritual, prefiriendo haber seguido sumidos en su inveterado sueño! ¡No saber qué les espera, qué repercutirá en ellos por efecto retroactivo de sus propios actos de tiempos pasados, o, como la gente dice, “qué males tendrán que reparar”!

¡Mas no temas! Al despertar encontrarás, en la sabia disposición de la inmensa Creación, un camino trazado por esa fuerza que nace de la volición del bien, a la que ya me he referido en particular. Esta fuerza atenuará o desviará por completo los peligros del karma en vías de surtir su efecto.

También esto lo puso en tus manos el Espíritu del Padre. La fuerza de la volición del bien forma a tu alrededor un círculo capaz de disgregar el mal que se cierne sobre ti, o atenuarlo, cuando menos, en muy alto grado, de la misma manera que la atmósfera protege el globo terráqueo”.

El concepto básico de esa enseñanza es, evidentemente, el de la “buena voluntad”. Sin ella, el karma malo en retorno no puede ser atenuado. Aún más: sin el esfuerzo continuo en mejorar por la buena voluntad, no es posible el rescate de malos efectos por la acción de la reciprocidad. El karma negativo va a retornar de cualquier forma, tarde o temprano, pero la culpa va a permanecer, en tal caso, sin ser expiada. Ella no puede ser extinta, porque el individuo no reconoció su modo errado de actuar, ni tampoco dejó brotar dentro de sí la necesaria buena voluntad en mejorar. En otras palabras, no es posible en esa situación el “perdón de los pecados”. La respectiva persona continuará a ser alcanzada, siempre y siempre de nuevo, por los malos efectos retroactivos de sus acciones anteriores, porque ella misma no quiere cambiar. También aquí, como en todo lo demás, solo recibe lo que ella misma desea con su voluntad viva, nada diferente.

“La enmienda es el único camino vital que conduce al perdón”, afirma nuevamente Abdruschin. Una exhortación simple y directa, fácilmente comprensible, como toda verdadera nutrición del espíritu.

(Conozca las obras literarias publicadas por la Ordem do Graal na Terra. Ingrese a: bit.ly/libros-OGT).

Este post en audio: https://bit.ly/ME220822.

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