Reading time: less than 1 minute
Los efectos de la Ley de la Reciprocidad, o Ley de Retorno, se desencadenan con mayor o menor intensidad según lo que fue generado por la respectiva persona con sus pensamientos, palabras y acciones. No obstante, siempre alcanzan infaliblemente el albo, o sea, el propio espíritu humano, que hizo con que la ley actuase.