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less than 1 minute Legítima comprensión, genuino interés, paciencia incondicional, severidad justa, auxilio real…todas, virtudes nacidas del verdadero amor al prójimo.
less than 1 minute Legítima comprensión, genuino interés, paciencia incondicional, severidad justa, auxilio real…todas, virtudes nacidas del verdadero amor al prójimo.
less than 1 minute El alma del ser humano de los tiempos actuales, con pocas excepciones, se encuentra en una situación muy aflictiva, a punto de morir de sed en la celda en que fue lanzado por la fe ciega. Y ahí, ningún dogma le podrá servir de lenitivo. Solamente las gotas de la Verdad de la Vida podrán atenuar su sed por la Luz y fortalecerla poco a poco. Cabe, por tanto, a la criatura humana moverse para encontrar y reconocer esa Verdad, antes que sea demasiado tarde.
less than 1 minute Verdadero amor al prójimo no puede brotar en un corazón sin comprensión. Comprensión por el prójimo, sin embargo, se evidencia por un interés genuino, sin otras intenciones, a no ser entenderlo y auxiliar donde sea posible. Tal interés, a su vez, solo puede surgir cuando el portal del alma está abierto para recibir las impresiones que llegan desde afuera, de modo a poder asimilar las experiencias vividas por nuestro semejante. Sin embargo, si el portal que da acceso al alma se encuentra cerrado hace mucho tiempo, será cada vez más Continue→
less than 1 minute Todo lo que insertamos en el mundo, todo lo que emitimos, retorna a nosotros mismos más temprano o más tarde. Pensamientos limpios e intuiciones límpidas generan formas translucidas de belleza, las cuales se tornan fuentes de bendiciones no apenas a quien ellas fueron destinadas, pero también, por efecto de la ley de la reciprocidad, al propio autor. Todo retorna al punto de partida. Por eso, lo que sea que hagamos y destinamos a nuestro prójimo, incluso pensamientos e intuiciones, lo hacemos, en realidad, a nosotros mismos.
less than 1 minute Gestos de buena voluntad nutridos por intención pura y vivificados por legítimo amor al prójimo tienen la vocación de esparcirse por el mundo, embelleciendo todo.
3 minutes En su obra En la Luz de la Verdad, Mensaje del Grial (http://bit.ly/1SiLMoc), Abdruschin afirma que la mayor parte del verdadero amor es severidad. Realmente. El verdadero y legítimo amor visa únicamente el bien del prójimo en sentido amplio, no deteniéndose delante de exterioridades. Desea lo que es mejor espiritualmente para su semejante y trabaja con ahínco y severidad en esa dirección, poco importando si ese mejor le es o no agradable aquí en la Tierra (http://on.fb.me/1PtVaot). Pues tan solamente el espíritu es realmente vivo en el ser humano. El cuerpo cumple Continue→
less than 1 minute Quien no demuestra interés por su semejante, pero mira siempre apenas para sí mismo y sus problemas, permanece inmerso en la tempestad de las propias angustias, sin encontrar una salida.
less than 1 minute Hay situaciones en que es necesario dar una palabra más dura y enérgica, como auxilio. Sin embargo, ella no necesita ser ríspida, no necesita ser sarcástica. Una palabra más incisiva puede venir envuelta en cuidado y atención, y hasta incluso en delicadeza. También eso constituye amor al prójimo.
less than 1 minute Una persona que se esfuerza por elucidación en su pasada por la Tierra, acaba teniendo naturalmente vivencias que favorecen la evolución de su espíritu. Esas experiencias le posibilitan sedimentar poco a poco convicciones sobre varios asuntos importantes, ahí incluido el verdadero amor al prójimo (http://bit.ly/1SqnlDC). Tal persona, muchas veces, es tomada como insensible y arrogante en sus actitudes, cuando en verdad apenas desarrolló un corazón firme y consistente, que no se deshace en falso amor. Por eso, también sus actos, impregnados de amor severo, se destinarán siempre únicamente al bien Continue→
2 minutes La famosa Oración de Francisco, también conocida como Oración de la Paz, curiosamente, no es de autoría de Francisco de Asís como se imagina. Su origen exacto es desconocido, pero algunos estudiosos sustentan que el autor sería un monje que habría vivido en el norte de Francia, en los primeros siglos del cristianismo. Lo que se sabe al cierto es que la oración apareció escrita, anónimamente, en un boletín religioso en Paris, en 1912. Cuatro años después, ella fue impresa en Roma en un folleto cuyo verso traía la figura de “San Continue→