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El camino espiritual no es un trayecto colectivo, ya listo y acabado. Al contrario, el necesita que sea buscado, encontrado, reconocido y recorrido personalmente.
Es una ilusión desmedida imaginar que basta embarcar en algún transatlántico religioso, repleto de gente, para aportar con seguridad en una playa espiritual. No es así. No es el número de adeptos de una creencia que puede conceder alguna garantía para el alma humana individual. Basta recordar la advertencia de Jesús sobre la puerta estrecha y el camino ancho (http://on.fb.me/1tyGR8a).
Cada uno por sí mismo, totalmente solo, necesita hacer un esfuerzo propio, personal, para reconocer la ruta correcta para las alturas espirituales. Y cada cual necesita seguir el itinerario en su propio barco, que es constituido por los dones que trae en sí, los cuales tiene el deber de transformar en capacitaciones plenas. Tal como ya nos fue explicado también en la parábola de los talentos (http://on.fb.me/1b1XenR).
Moverse espiritualmente con amplia libertad y responsabilidad, libre de dogmas de cualquier especie, es la única manera de evolucionar y ascender.
(Conozca la literatura del Grial publicada por la Ordem do Graal na Terra.
Ingrese a: http://bit.ly/1u52cG0.)