Reading time: less than 1 minute
En vez de que demos atención a comentarios maldadosos sobre otros, los cuales suelen propagarse y aumentar rápidamente de boca en boca, podemos, al contrario, transformarnos en un escudo vigoroso a esa nefasta reacción en cadena, contribuyendo de esa forma, para preservar la reputación de nuestro semejante. Pues ella, la reputación, es un bien precioso, aunque bastante frágil: es difícil de ser construida y fácil de ser despedazada.