Reading time: 1 minute
La tecnología de hoy parece casi milagrosa cuando comparada con la de algunas décadas. Si retrocedemos esta comparación en un siglo, entonces la designación “casi milagrosa” sería más adecuadamente substituida por “cosa de ficción científica”…
El progreso técnico avanzó extraordinariamente en los últimos tiempos y trajo facilidades y comodidades hasta hace poco inimaginables. Avanzó y continuará avanzando, porque el raciocinio se encuentra en él como en casa. La técnica constituye el campo en que el raciocinio puede y debe desarrollarse; en la técnica está su influencia más saludable, su verdadero papel y los beneficios que produce.
La técnica hace la vida en la materia más fácil y confortable, sin embargo no hace a nadie más feliz, porque felicidad está vinculada al movimiento del espíritu, al progreso espiritual. No hay nada de errado con el progreso tecnológico, desde que no sea considerado como la suprema misión de la humanidad, en detrimento de la evolución del espíritu. El raciocinio no debe nunca ser izado por encima de su condición de simple herramienta, de lo contrario causa daños y crea problemas en asuntos que no le corresponde (http://bit.ly/1NE4CIu), dificultando mucho la evolución del espíritu, cuando no, impidiendo esta evolución totalmente.
Progreso verdadero, real, es tan solamente progreso espiritual, y este prescinde de conquistas tecnológicas, independe de ellas. El ser humano podría perfectamente haber probado del árbol del conocimiento (http://bit.ly/1X9JPy5) sin haber quedado “inebriado con sus frutos”, sin haber reverenciado e idolatrado el raciocinio como un becerro de oro. Si hubiese procedido de esa manera, la humanidad ocuparía hoy integralmente el nivel espiritual que de ella era esperado, al lado de sus aparatos técnicos, disfrutando felicidad permanente y jubilosa alegría por la dadiva dela vida.
(Conozca la literatura del Grial publicada por la Ordem do Graal na Terra.
Ingrese a: http://bit.ly/1XjNebF.)