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Toda acción, pensamiento y sentimiento contrario a la voluntad del Creador constituye una cadena de aprisionamiento interior. Es la propia persona, por tanto, que se ata con esas actuaciones erradas, lo que acaba por impedir la evolución de su espíritu.
En la obra En la Luz de la Verdad, el Mensaje del Grial (http://bit.ly/1MHAGFb), Abdruschin dice lo siguiente en la disertación ¡Despertad!: “El ser humano que permanece encadenado interiormente será un eterno esclavo, aunque sea un rey.” Y en la disertación Sumisión, afirma: “¡Solamente quien conoce la voluntad de Dios y vive de acuerdo con ella es verdaderamente libre!”
Un rey, por tanto, no es más que un esclavo, caso esté encadenado interiormente. Y solo podrá obtener la libertad espiritual si tiene el cuidado de hacer dos cosas: “conocer” la voluntad de Dios y “vivir” de acuerdo con ella.
La voluntad del Creador no puede ser conocida por medio de erudición, de superstición, de misticismo u ocultismo y de fe ciega. En ningún tiempo. Ni conocida ni reconocida. Los fariseos del tiempode Cristo, que eran tan cultos y tan empeñados en cumplir las prescripciones de su religión, también no reconocieron la Palabra de la Vida traída por el Salvador.
La voluntad divina se manifiesta a través de leyes perfectas e inflexibles, que sostienen toda la obra de la creación (http://bit.ly/26O9iRZ). El reconocimiento de esas leyes eternas trae, por fin, el saber de la voluntad de Dios, que las instituyó.
Tal genuino reconocimiento de las leyes, a su vez, no está sedimentado en su aprendizaje, en alguna lectura superficial o en un “oír hablar” de ellas, pero sí en la más plena convicción de su existencia y efectuación, lo que se da mediante las vivencias que la vida en la materia propicia. Las experiencias vivenciales constituyen la confirmación de la existencia de esas leyes y consolidan, en la persona que se abre a ese reconocimiento, la convicción de su actuación.
Al conocer finalmente la voluntad de su Dios, y cultivar en sí la firme disposición en vivir de acuerdo con ella, o sea, de adaptarse a las vigentes leyes que rigen la Creación, el ser humano entra finalmente en el camino correcto y recto para recuperar la perdida libertad de su espíritu.
(Conozca la literatura del Grial publicada por la Ordem do Graal na Terra. Ingrese a: http://bit.ly/1XjNebF.)