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Humildad es virtud, pero despojamiento es vicio. Así como el pretensioso juzga ser más de lo que realmente es, el autocompasivo se ve menos capacitado de lo que efectivamente es. También en ese caso hay una visión distorsionada de la realidad, la cual acarrea sentimientos de tristeza que alejan hacia lejos la posibilidad de una vida plena y agradecida.
Busquemos reconocer la realidad sobre nosotros mismos tal como ella es, y no como una fantasía suelta que, una vez u otra, nos quiere hacer creer. Solamente con una evaluación correcta sobre nuestro actuar en la vida cotidiana, nos tornaremos aptos a reajustar su curso cuando sea necesario, para que el objetivo del desarrollo espiritual pueda ser finalmente alcanzado.
El Día Sin Mañana