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“Bienaventurados aquellos siervos a quienes el Señor, al venir, halle velando; en verdad os digo que se ceñirá para servir, y los sentará a la mesa, y acercándose, les servirá. Y ya sea que venga en la segunda vigilia, o aún en la tercera, y les halle así, bienaventurados son aquellos siervos. Podéis estar seguros de que si el dueño de la casa hubiera sabido a que hora iba a venir el ladrón, no hubiera permitido que entrara en su casa. Vosotros también estad preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no esperéis.” (Lc12:36-40).
Aquí Jesús hace mención a la época de la venida del Hijo del Hombre, que traería el Juzgamiento para la humanidad. Él advierte aquellas personas de su época para que estén vigilantes, a fin de que cuando “este venga a golpear a la puerta, luego le abran”. Es la misma vigilancia requerida de las diez vírgenes que aguardaban por la llegada del “novio”.
Como Jesús habla a aquellas personas para prepararse para un acontecimiento futuro, eso indica que ellas estarían presentes cuando ese acontecimiento se realizase, o sea, estarían encarnadas nuevamente en la Tierra en la época en que el Hijo del Hombre viniese. El acto de golpear a la puerta significa que, así como aconteció con la Palabra del Hijo de Dios, la Palabra del Hijo del Hombre también golpearía a la puerta de aquellas almas humanas, exigiendo entrada. La respectiva persona deberá, por tanto, abrir la puerta de su alma para la entrada de la Palabra de Dios, y deberá tener preparada en sí la mesa para eso. Este acontecimiento también aparece descrito en el libro del Apocalipsis: “He aquí, yo estoy a la puerta y golpeo, si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo.” (Ap3:20).
Jesús exhorta los seres humanos a que permanezcan vigilantes, porque no conocen la época de la venida del Hijo del Hombre. Si conocieran, ciertamente se prepararían un poco antes, como el padre de familia que vigilaría la casa y colocaría rejas en la ventana si supiera a que horas vendría el ladrón. Pero sabemos por las palabras de Jesús que la venida del Hijo del Hombre es una certeza. Sobre la profecía de la venida del Hijo del Hombre, dice Abdrushin en su obra En la Luz de la Verdad, el Mensaje del Grial:
“Si las personas que oyeron las palabras de Jesús en aquella época pasasen a vivir de acuerdo con ellas, entonces permanecerían vigilantes en un tiempo futuro, y se tornarían aptas a reconocer el Hijo del Hombre cuando este les golpease a la puerta por medio de su Palabra.”
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