Reading time: less than 1 minute
Las adversidades que nos alcanzan una vez u otra no necesitan hundir nuestras esperanzas, ni tampoco poner a pique la alegría de vivir. Al contrario, ellas pueden ayudarnos a ver con más claridad el rumbo que estábamos dando a nuestras vidas y, sobretodo, a escoger otras aguas para que continuemos navegando.