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Desde largos tiempos el sentimiento del amor es simbolizado por la rosa. Sin embargo, aquello que en la época actual se entiende por amor no guarda más relación con la imagen evocada por esa bella flor.
¿En que se transformó en los días de hoy, por ejemplo, el concepto de amor al prójimo?…Se convirtió en un amor complaciente, falso y pegajoso, direccionado, cuando mucho, para anestesiar el dolor de quien erró, pero sin manifestar preocupación en desvendar la causa real del sufrimiento, lo que infaliblemente fuerza el retorno de ese mismo dolor, siempre y siempre de nuevo.
Es un amor listo para distribuir limosnas a los desvalidos, pero no sin antes substraerles el tesoro de la dignidad; un amor que se apura para secar las lágrimas del sufridor, pero apenas para que este pueda ver más claramente la sonrisa de su consolador. El actual amor al prójimo puede, sí, proporcionar un alivio momentáneo, pero a un costo muy alto, a un precio demasiadamente caro: el de la infelicidad permanente.
Amor al prójimo no es eso, no puede ser eso. Nunca. Amor realmente, amor verdadero al prójimo, es dar a él, antes de más nada, aquello que de hecho le es “útil”, poco importando si eso le causa o no alguna alegría efémera. Amor verdadero es mostrar de forma clara, incluso contundente si es necesario, los errores cometidos, los cuales siempre vuelven al autor en forma de sufrimientos intermitentes. Es amparar en la travesía del arduo camino del reconocimiento de las faltas y dar apoyo irrestricto a aquel que se esfuerza sinceramente en superar sus debilidades.
Sí, porque únicamente el reconocimiento personal de la actuación errada, implacable y abarcadora, es capaz de llevar alguien a cambiar su sintonización interior. Y tan solamente ese voluntario cambio de sintonía interior puede interrumpir de vez el ciclo aparentemente sin fin del sufrimiento continuo. El legítimo amor al prójimo nunca se muestra desvinculado de la justa severidad (https://bit.ly/3D2FYOf).
El amor verdadero, severo, abre para el prójimo, a duras penas, el portal para la conquista de la felicidad, mientras que el falso amor pasa sobre este, sin esfuerzo, un cerrojo inamovible. La actuación del primero es permeada de obstáculos, dificultada por fuerte incomprensión e intensa critica todo el tiempo, mientras que la del segundo es aplanada con cariño, incentivada por aprobaciones sonrientes y elogios inconsequentes.
Vamos buscar amar nuestros semejantes según disponen las leyes de esta Creación, que requieren un amor legítimo, severo, que tenga como objetivo el bien del prójimo en un sentido amplio, profundo, espiritual, y no direccionado apenas para la concesión de meros paliativos terrenos.
Roberto C. P. Junior
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Serie Los Conceptos
• El Concepto de Amor: bit.ly/3ImGwRD
• El Concepto de Tiempo: bit.ly/2CZdl62
• El Concepto de Belleza: bit.ly/3wuk0Up
• El Concepto de Familia: bit.ly/1TpxC5y
• El Concepto de Servir: bit.ly/2YKBnuV
• El Concepto de Pureza: bit.ly/2WLMYba
