Reading time: 6 minutes
Ya hace un tiempo que recibo diversos mensajes, de múltiples fuentes, dando cuenta de que todos estamos viviendo dentro de una Matrix. Hasta ahora siempre encontré curiosa esa percepción y, a veces, también me quedé algo intrigado. “¿Cómo personas buenas, que se esfuerzan realmente en mejorar en todo, y que no se dejan engañar por conceptos místico ocultistas, pueden creer en eso? Me parecía algo sin una explicación plausible y, hasta cierto punto, un tanto preocupante también.
Matrix es el nombre de una película de ficción científica de 1999, protagonizada por Keanu Reeves (en el papel de Neo), el cual dio origen a dos secuencias en el inicio de los años 2000. La historia retrata un futuro distópico, en el cual la realidad tal como percibida por las personas es, en verdad, una existencia computacional simulada, denominada “Matrix”, creada por máquinas sintientes para subyugar la población humana en la forma de hibernación, mientras el calor y la actividad eléctrica de sus cuerpos son utilizados como fuentes de energía. En la película, el programador de computador Neo descubre la situación y da inicio a una rebelión contra las máquinas, juntamente con otras personas que habían sido liberadas del “mundo de los sueños”. La franquicia tuvo un éxito rotundo, al punto de “Matrix” haberse convertido prácticamente en un sinónimo de realidad virtual.
De esa manera, las personas que elaboran ideas a ese respecto, y envían mensajes que estamos en una Matrix, creen que estamos viviendo dentro de una especie de realidad paralela, simulada. Me parecía inconcebible que personas sensatas, de buena índole y sin inclinaciones fantasiosas, pudiesen, de hecho, creer en esa idea. Pero, reflexionando un poco, veo que ellas no están tan equivocadas. Basta que desentrañemos más profundamente el concepto de la Matrix en el mundo de hoy.
Por ejemplo: las personas que aceptan irreflexivamente dogmas de cualquier tipo, y a ellos se someten sin ningún cuestionamiento, están, realmente, viviendo por opción propia en una realidad simulada, cuyo objetivo es mantener sus espíritus durmiendo, en cómoda inactividad. Del mismo modo, viven sosegadamente en un mundo de ilusión aquellas tantas que creen en el poder ilimitado de la ciencia, así como de la capacidad humana de resolver cualquier situación con la fuerza del intelecto.
Tanto el inmenso contingente que desdeña de las alteraciones climáticas, como el grupo aún más grande que supone que todo lo que está pasando de extraordinario en la Naturaleza es solo consecuencia exclusiva de la actividad humana, y que ella, la humanidad, sabrá resolver luego ese problema, están viviendo en sus propios mundos de fantasía. Todos están confortablemente instalados en una seductora Matrix, rechazando luego, con irritación, cualquier idea que pueda amenazar sus acogedoras comodidades.
La inmensa mayoría de la humanidad, casi su totalidad, está, por tanto, viviendo, realmente, en una inmensa Matrix. Sus espíritus están inactivos, duermen tranquilamente, en un completo descaso en relación a la Ley fundamental del Movimiento en la Creación. Es más que simple descaso. Su modo de vida es una verdadera burla contra la exigencia de movimiento y perfeccionamiento espiritual. No viven en realidad. Solo vegetan en la actual vida terrena, y ni siquiera desconfían de eso.
Ya los promotores de ese lamentable estado de cosas son los varios líderes religiosos y científicos que vierten continuamente dogmas embriagadores por encima de la humanidad sedienta, tan puerilmente crédula. Son ellos los dirigentes de la Matrix, sus directores, que se empeñan con admirable ahínco, todos ellos, para que las criaturas humanas sigan soñando indefinidamente, con sus espíritus tristemente paralizados, sin atreverse a colocar en duda los tantos preceptos dogmáticos, científicos y religiosos, a ellas impuestos sin resistencia. Esos directores promueven la fe ciega y estimulan la indolencia espiritual de toda la raza humana.
En la película, hay otros dos personajes relevantes. El primero es el “Arquitecto”, retratado como una personalidad extremamente racional, desprovista de emoción, hablando y actuando de forma técnica y compleja. Él personifica la lógica rígida de las máquinas, el antagonista intelectivo en oposición al libre albedrío. Responsable por programar la Matrix, ve a los seres humanos como figuras previsibles y manipulables, tratando sus elecciones como ecuaciones a ser resueltas. Podemos afirmar que el Arquitecto es el principal asesor del directorio de nuestra Matrix, donde ejerce el papel del raciocinio frio y calculista, preso a la Tierra, incapaz de entender cualquier cosa situada más allá de la materia visible y palpable.
El segundo personaje es el “Oráculo”, que trabaja con la intuición y cree que las personas necesitan llegar solas a sus propias conclusiones. Él nutre la esperanza de que los humanos puedan finalmente trascender al control de las máquinas y, de esa manera, obtener un resultado que beneficie a toda la humanidad. En nuestra Matrix, el oráculo corresponde a la voz interior, que busca guiar la vida de cada uno hacia un albo elevado, por encima del mundo material.
Infelizmente, por aquí, en nuestra milenaria Matrix, el Oráculo ya hace mucho que no es rival para el Arquitecto, porque el ser humano terreno optó por reforzar la herramienta del raciocinio al máximo, haciéndose esclavo de ella, no queriendo más oír la voz amonestadora del espíritu, la intuición. De ese modo, los orgullosos directores de la Matrix tuvieron su trabajo de entorpecimiento general enormemente facilitado por la propia humanidad.
Sin embargo, lo que ellos no saben, y nunca sabrán a tiempo, es que ninguna ley universal puede ser transgredida impunemente. Solo reconocerán eso cuando los efectos de la reciprocidad inevitable los alcance. Y no solo ellos, evidentemente, sino, también, las centenas de millones de criaturas humanas adormecidas bajo sus directivas. Pero entonces será demasiado tarde para ellos. Cuando finalmente reconozcan y quieran abandonar la Matrix, ya no podrán recuperar lo que fue desatendido durante el tiempo de su sedación voluntaria.
Por eso, ya es tiempo que nos movamos espiritualmente con toda energía, manteniendo nuestros espíritus en continuo movimiento, lo que se evidencia por una voluntad direccionada exclusivamente hacia el bien, la cual, a su vez, trasparece en acciones nobles, palabras edificantes, pensamientos puros e intuiciones límpidas.
Un modo se ser y una actuación renovados en todos los sentidos, en los cuales el raciocinio es un mero siervo coadyuvante, y no un tirano opresor, nunca más. Solamente una existencia basada en esos principios corresponde a una vida real fuera de la Matrix, digna de un espíritu humano consciente.
Roberto C. P. Junior
(instagram.com/robpucci/)
● Conozca las obras literarias publicadas por la Ordem do Graal na Terra. Ingrese a: bit.ly/libros-OGT.
#matrix
#espiritualidad
#ordemdograalnaterra