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1 minute Muchos vienen al mundo con determinados dones, que pueden o no concretizarse en capacitaciones plenas, dependiendo del empeño personal y, no por último, de las condiciones del ambiente. Durante el periodo de la infancia, corresponde a los padres y educadores reconocer y apoyar las inclinaciones latentes de los pequeños, para que se desarrollen plenamente, y no destruirlas con concepciones erradas y deseos personales unilaterales. Del mismo modo, en la época de la juventud o incluso ya en la madurez, las simientes de los dones traídos deben ser reconocidas e impulsadas por quien Continue→