EL SEÑOR CUBRE SU ROSTRO

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La Biblia posee textos muy significativos y de gran relevancia para nuestra época, desde que sean correctamente interpretados. No es posible asimilar el real sentido de ellos haciendo uso solamente de una interpretación literal, o aún, limitada por conceptos dogmáticos y concepciones religiosas restrictas.

Para que asimilemos correctamente esas escrituras y que podamos obtener provecho de ellas, es necesario considerar, antes de más nada, que la Biblia es un libro con enseñanzas espirituales. Trae analogías y metáforas para posibilitar la comprensión de fenómenos espirituales. Abdruschin aborda esa contingencia en algunos pasajes del Mensaje del Grial (https://mensaje-del-grial.org/):

“Al fin y al cabo, nadie ignora que la Biblia es, ante todo, un libro espiritual. En ella se describen eventos espirituales sin mencionar a los hombres más que a título de ilustración, cuando guardan relación directa con la aclaración de esas cuestiones espirituales.
Únicamente quien reconozca y sienta la existencia real y la viva actividad del mundo espiritual podrá hallar la llave de la comprensión de la Biblia. Para todos los demás, seguirá siendo un libro sellado con siete sellos”.

Una de las concepciones bíblicas más instigadora es aquella que afirma que habrá un tiempo en que “Dios ocultará Su Rostro”. Hay varios pasajes que abordan el tema:

• “Entonces clamarán al Señor, pero Él no les responderá; sino que esconderá de ellos Su Rostro en aquel tiempo, porque han hecho malas obras “(Mq3:4).
• “Y el Señor dijo a Moisés: Pero ciertamente esconderé mi Rostro en aquel día por todo el mal que habrá hecho, pues se volverá a otros dioses” “Esconderé de ellos mi rostro” (Dt31:16,18;32:20).
• “Pero vuestras iniquidades han hecho separación entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados le han hecho esconder Su Rostro de vosotros para no escucharos” (Is59:2).
• “Acuérdate de la ira de los últimos días, y del momento del castigo, cuando Dios vuelva Su Rostro” (Eclo18:24).
• “Escondes tu Rostro, se turban” (Sl104:29).

Esa imagen del Señor “escondiendo Su Rostro” significa que en el tiempo de fin los seres humanos estarán entregados enteramente a las tinieblas, las cuales ellos mismos crearon y cultivaron con ahínco a lo largo de muchos milenios. Ese es nuestro tiempo, el tiempo del Juicio Final (bit.ly/3Ng2AOe), retratado por Juan por medio de imágenes en el Libro de las Revelaciones, el Apocalipsis. Ese Juan, que no es el evangelista, sino el propio Juan Bautista, transmitió el Apocalipsis a la Tierra de una región espiritual denominada Patmos, la cual nada tiene que ver con la isla griega del mismo nombre.

Dice nuevamente Abdruschin en su Mensaje del Grial:

“Y las tinieblas, entre tanto, van condensándose cada vez más.

De esta suerte va acercándose la hora en que nuestra Tierra será entregada por algún tiempo al dominio de las tinieblas, sin el socorro directo de la Luz, pues la humanidad así lo impuso por su propia voluntad. Las consecuencias de esta voluntad tenían que conducir en la mayoría de los casos, obligadamente, a este final. – Es el tiempo que a Juan le fue dado ver, el tiempo en que Dios esconderá Su Rostro.”

Sobre esa época del Juicio Final en la cual el Señor cubre Su Rostro, y que es contada en décadas, denominada alegóricamente en las escrituras de “día de tinieblas y lobreguez, día nublado y de densa oscuridad.” (Jl2:2), la Biblia nos transmite imágenes bien impresionantes, y no solamente en el libro del Apocalipsis. Mucho dolor y sufrimiento caracterizan ese tiempo, y también un miedo indescriptible (https://bit.ly/3Ng2UfU).

Sin embargo, para aquella criatura humana que realmente se esfuerce en vivir en conformidad con la Voluntad de su Creador, que, luchando, clame sinceramente por ayuda en la hora de la angustia, el auxilio será cierto.

La súplica de un alma afligida se eleva poderosamente hacia arriba, porque en ese momento todo lo que es inferior en ella habrá quedado para tras: “No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia!” (Sl102:2,3). Para tal alma que clama por auxilio, el Señor, pues, no ocultará Su Rostro, al contrario, la liberará de sus dolores por la actuación de las leyes en la Creación, que incorporan Su Voluntad: “Entonces en su angustia clamaron al Señor, y Él los libró de sus aflicciones” (Sl107:6).

Debemos considerar que cuando la aflicción está en el auge, ahí realmente es que el auxilio del Señor estará más próximo de nosotros: “El Señor está cerca de todos los que le invocan, de todos los que le invocan en verdad. Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones” (Sl145:18;46:1).

La liberación de las tinieblas, y el recibimiento del legitimo auxilio del Alto en esta época tan grave de la historia humana, depende exclusivamente del esfuerzo personal de cada uno en integrarse totalmente a la Voluntad de su Dios.

(Conozca las obras literarias publicadas por la Ordem do Graal na Terra. Ingrese a: bit.ly/libros-OGT).

Este post en audio: https://bit.ly/GA220603.

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